Reseñas del Sr. Malvado: La última habitación

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TITULAR DE LA LINEA: SR MALVADO
TELEFONO REGISTRADO: 6894277XX
DIA: 15/03/18
HORA: 20:42
DURACIÓN DE LA LLAMADA: 48 SEGUNDOS
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[Llamada entrante] ¿Sí? (…) Estoy en el metro. La cobertura aquí es muy mala, por eso me escuchas tan mal. (…) Es una larga historia, ahora no tengo tiempo. ¿Tenemos las fotos? (…) Espero que sean nítidas. Nuestro cliente lo dejó muy claro. (…) Deja el sobre mi mesa, ya me hago cargo yo mañana (…) Te llamo más tarde, ahora tengo que hacer una llamada. (…) La respuesta es no. [Llamada finalizada]

Sr. Malvado (José Luis Prieto)

Lo que acabas de leer es un homenaje al libro que hoy voy a reseñar: La última habitación de Carlos Navas. Algo no encaja en esa llamada, se ha omitido voluntariamente al interlocutor. Os invito a especular sobre la naturaleza de la conversación que habéis leído y que tratéis de averiguar quién está al otro lado de la línea. El resultado, al final de la reseña. Voy a poner a prueba vuestro ingenio.

A lo largo de estos años he leído novelas en formatos tan poco comunes como el papel de periódico o el papel de cebolla. Una de las novelas más asombrosas, que he tenido el placer de disfrutar, consta de distintos diálogos entrelazados, omitiendo por completo al narrador. Y la más extraña, fue un relato que se escribió al revés (literalmente hablando).
La propuesta de Carlos Navas en La última habitación no es tan excéntrica, pero si poco corriente y eso fue lo primero que hizo llamar mi atención. El libro que hoy presento está muy ligado al cine, es como si estuviéramos leyendo un guión. El propio autor me confeso, hace unos meses, que una productora se mostró interesada en adquirir los derechos cinematográficos. Desgraciadamente, la propuesta no llegó a concluirse. Puede que en un tiempo no muy lejano, veamos el nombre de Carlos Navas asociado al guión de alguna serie de televisión o película. El tiempo me dará o me quitará la razón.

Carlos Navas

Carlos Navas

Carlos Navas nació en Madrid, pero tiene establecida su residencia en Málaga. Se define como un ser humano creativo que tiene muchas historias en la cabeza. Como no puede dirigir sus propias películas, trata de plasmar esas ideas en sus libros. En el caso de La última habitación es más que evidente.
Carlos es un apasionado del terror y suspense, lo que contrasta claramente con su profesión actual. Trabaja en una empresa de regalos y flores para todo tipo de eventos. Como muchos autores de su generación, está muy ligado a este nuevo mundo que abrió Internet. Carlos es además, el fundador de La Web del Terror, página del Facebook que recomiendo a todo amante del género. Aquí me llevé una gran sorpresa, al enterarme de que dicha página la lleva en solitario.
Hace cuatro o cinco años le picó el gusanillo en el estómago y empezó en este difícil mundo de la escritura, tan competitivo y en el que no es nada fácil destacar. Puede que esa sea la razón por la que decidió empezar por algo distinto y que llamará la atención; algo que fuera más allá de lo meramente literario. Antes de decidirse a escribir su primera novela (la que hoy nos ocupa), organizó también varios concursos de relatos.
Al tratarse de un autor cuyo género predilecto es el terror, podemos pensar que uno de sus referentes es el gran Stephen King (maestro de maestros), pero los gustos de Carlos están más ligados a videojuegos como Alone in the dark, Resident Evil o Silent Hill (la de horas que este servidor habrá pasado con este último juego) y el cine, donde muestra una mayor variedad: Jungla de Cristal, Indiana Jones, Saw, I spit on your grave, entre otras.
En cuanto a los escritores por los que siente una preferencia destaca David Jasso, Carlos Sisi y Tony Jimenez. Es también un gran apasionado de Dan Brown (como dije no hace mucho, uno de los grandes damnificados de los escritores indies). Los dos coincidimos en que Robert Langdon es uno de los mejores personajes literarios de los últimos años. Para gustos colores, que nadie se enfade.
También conversamos un poco sobre su segunda novela, El otro lado, publicada este mismo mes. El autor la define como un puzzle de suspense y terror, con muchas piezas a encajar. Todo hace indicar que volveremos a encontrarnos en un futuro no muy lejano.
Antes de entrar a valorar La última habitación, es conveniente resaltar, que no se trata de un libro apto para todos los públicos. Si se tratará de un álbum de música, en la portada veríamos impresa la etiqueta de Parental Advisory. Pero por encima de miedos o fobias, lo que Carlos ha pretendido en La última habitación es, poner a prueba nuestro ingenio.

LA ÚLTIMA HABITACIÓN

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Nuestro autor de hoy siempre ha sentido una fascinación por los lugares cerrados y esta novela es un buen ejemplo de ello. La noche se presenta desapacible en el bloque de apartamentos, Secret Garden. Todos los cliché típicos de una historia de terror están presentes en La última habitación, pero en esta ocasión quedan relegados a una posición meramente anecdótica. Lo importante es lo que ocurre en su interior y la relación existente entre los distintos vecinos del edificio.
Del origen de la novela me dijo su autor: “Hacía años que había leído una novela llamada El túnel invisible, en la que había mensajes de contestadores telefónicos. Ahí surgió la idea de crear una historia emplazada en un edificio a las afueras de Madrid, en el que los lectores tendrían la oportunidad de vivir una noche inquietante, escuchando directamente las transcripciones de las llamadas telefónicas de los vecinos, como si fueran uno más”.
La última habitación se divide en tres bloques: Llamadas telefónicas, informes de la policía y dos epílogos. Con esta frase empieza todo: “No confíes en cualquier palabra, cualquier sonrisa, cualquier beso, cualquier abrazo; las personas saben fingir demasiado bien”. A partir de ahí, será difícil que te desprendas de sus páginas. La adición y el morbo por averiguar lo que está ocurriendo está garantizado.
La primera parte recoge las llamadas telefónicas registradas en el edificio Secret Garden durante la noche del Viernes 27 de Noviembre de 2015, tanto las efectuadas desde el interior del edificio, como las realizadas en cinco kilómetros a la redonda. Esas llamadas serán muy similares a la que he presentado al principio de esta reseña. Coge papel y lápiz, que son muchos los personajes que nos va a presentar y es imprescindible establecer la relación que hay entre ellos. Un juego más al que nos invita su autor. Aunque puede resultar confuso en un principio, todo tiene un por qué.
Tras un corto comunicado de los Estudios de Onda Madrid, llegamos a la segunda parte: El informe policial. El lector se va a encontrar con diversas sorpresas. Ya dije que no es una novela al uso. El autor nos presenta distintos planos de algunas de las viviendas del edificio, perfectamente detallados. El registro por parte de la policía es muy exhaustivo, la sensación de que uno forma parte es más que evidente. Tus primeras especulaciones se verán o no confirmadas. Me inclino más por lo segundo.
Esta segunda parte me ha recordado a las frías y lluviosas tardes de domingo en mi localidad natal, jugando con mis hermanos al Cluedo. Averiguar lo que ha sucedido en el interior de Secret Garden se convertirá en toda una quimera, por mucha experiencia que uno pueda tener con este tipo de novelas.
Para terminar, dos epílogos precedidos de una frase que quedará grabada en mi memoria asociada al libro: “La venganza es una sonrisa enfrente de quien te hizo sufrir”. Una última llamada (en esta ocasión si contamos con el interlocutor), tirará por tierra todas tus aspiraciones de creerte más inteligente que la policía. Carlos me la ha jugado y te la jugará a ti también, te lo aseguro.
El libro se complementa con un exhaustivo material fotográfico y algo más, que tendrás que descubrirlo por ti mismo. La sorpresa será mayúscula.

Conclusiones

La última habitación es un thriller de suspense y terror psicológico perfectamente ejecutado. Un libro no apto para todos los públicos, que pondrá a prueba tu inteligencia. Una novela diferente, con un desarrollo distinto, muy visual.

Es posible que no vuelvas a ver a tus vecinos del mismo modo. ¿Por qué mi vecino del cuarto baja la basura todos los días a las tantas de la mañana, llueva o nieve? ¿Quién visita todas las noches de los martes a la vecina del Bajo A? ¿Qué secretos ocultan en el interior de sus hogares?. Todos guardamos algún secreto. Tú también.

Epílogo

Volvamos al principio de la reseña. Es posible que también haya despertado en ti cierta curiosidad. Es el momento de comprobar si tus especulaciones son o no las correctas. Suerte.
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TITULAR DE LA LINEA: SR MALVADO
TELEFONO REGISTRADO: 6894277XX
DIA: 15/03/18
HORA: 20:42
DURACIÓN DE LA LLAMADA: 48 SEGUNDOS
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[Llamada entrante] ¿Sí? (Por fin me coges el teléfono. ¿Dónde diablos estás? Te escucho con mucho ruido de fondo.) Estoy en el metro. La cobertura aquí es muy mala, por eso me escuchas tan mal. (¿Y qué haces en el metro. ¿No ibas a coger el tren?) Es una larga historia, ahora no tengo tiempo. ¿Tenemos las fotos? (Si. Han quedado geniales, tío. El concierto estuvo a la altura de lo que se esperaba de ellos. ¡Joder! Son brutales en directo) Espero que sean nítidas. Nuestro cliente lo dejó muy claro. (Puedes estar tranquilo, han quedado como a ti te gustan) Deja el sobre mi mesa, ya me hago cargo yo mañana (Ahora mismo te las estaba dejando. Estoy deseando llegar a casa, darme una buena ducha y meterme en la cama.) Te llamo más tarde, ahora tengo que hacer una llamada. (Tú y tus llamadas. Desde que estas en LLEC es difícil pillarte al teléfono, pero te entiendo. Sé lo mucho que disfrutas con esas resñas ¿Vas a decirme al menos quién es el autor de la próxima semana?) La respuesta es no. [Llamada finalizada]

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