HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE (Relato de Katty Montenegro y entrevista a la autora)

POR KATTY MONTENEGRO

Sara estaba sentada en el tocador mientras la estilista afinaba los últimos detalles del peinado.

—Te ves divina —halagó la madre de la joven en cuanto entró en la habitación—. ¿Estás nerviosa?

—No lo sé, tengo una sensación muy extraña.

—Es normal, mi pequeña. Tú solo disfruta de este día y guarda cada detalle en tu memoria.

—Solo quiero hacerlo feliz, hacerlo sentir como me siento yo. Siento que con él lo tengo todo, es como si de pronto no necesitara nada más que su amor, como si todo problema fuera más ligero al saber que estará ahí…

—Entonces cuídalo, porque no cualquiera puede decir eso. Tienes mucha suerte, hija.

Por otro lado, Damián se miraba al espejo, no quería dejar pasar ningún detalle en su vestimenta.

—Admito que tengo celos, hermano —dijo entre risas Gaspar, su hermano menor.

—¿Por qué?

—Por que te ves tan feliz. Quisiera saber lo que es enamorarse así.

—Enamorarse es sentir que tocas el cielo. Cuando la miras a los ojos el mundo deja de girar, pero de algún modo el tiempo avanza tan rápido que sin importar cuanto estés con ella, nunca es suficiente… Sabrás reconocerla.

—¿Y? —Entró el padre de ambos jóvenes—. ¿Estás listo para partir? El auto espera.

Damián simplemente asintió con una enorme sonrisa.

Cuando llegaron a la iglesia, las personas que ya habían llegado se acercaron a saludar al novio. Poco a poco fue llegando más gente y el nerviosismo de Damián aumentaba a medida que avanzaba el tiempo.

Tal como dicta la costumbre, la novia se hizo esperar, pero Damián no se hizo la típica pregunta de qué pasaría si no llegaba, pues no tenía dudas de su amor.

El alboroto fue tal cuando ella llegó, que el nerviosismo de los novios desapareció, de algún modo sintieron la convicción de que iban por buen camino.

—Nos hemos reunido hoy aquí, para unir a esta pareja en sagrado matrimonio. Antes de proceder a la lectura del acta, me gustaría decir unas palabras… —La primera parte de la ceremonia estuvo preciosa, los novios dejaban ver en sus ojos el torbellino de emociones que estaban sintiendo—. Entonces, les pregunto —continuó—: Damián Alexander Valdez Arce ¿aceptas a Sara cómo tu futura esposa, para serle fiel, cuidarla, amarla y respetarla en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?

—Sí, acepto. —Damián se quedó mirándola con cara de amor.

—Sara Dominique Fernández Montés, ¿aceptas a Damián cómo tu futuro esposo, para serle fiel, cuidarlo, amarlo y respetarlo en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?

Sara, que estaba casi hipnotizada con la mirada del amor de su vida, tardó en reaccionar.

—Sí, acepto —dijo al fin.

Todos los asistentes celebraron ese “sí” que tanto se hizo esperar.

Sesenta y cinco años después, Damián y Sara celebraron su boda de platino. Una ceremonia intima y simbólica, solo con su familia. La vida les había dado cinco hermosos hijos, de los cuales nacieron once nietos en total, y hasta el momento, cuatro bisnietos, el más pequeño de apenas un mes. Había treinta y dos asistentes aquel día.

Escogieron como oficiante al menor de sus nietos; tras el breve discurso dedicado a sus abuelos, dio paso a los votos matrimoniales que se habían escrito el uno al otro.

—En cuánto te vi, supe que serías para mí. —Comenzó Damián mirándola a los ojos—. He reído contigo en los momentos de felicidad, y te he reconfortado en los momentos de dolor. Tal vez no todo ha sido perfecto, pero he intentado estar a tu lado cada vez que me has necesitado. He compartido tus sueños y te he alentado a que los alcances, porque siempre me ha gustado que seas grande. Te he escuchado con compasión, atención y comprensión, y te he hablado con honestidad y sinceridad. Es cierto que a veces ha habido discusiones, y que muchas veces fui un hijo más para ti debido a mis actitudes. —Todos sonrieron al escuchar eso—. Pero, juntos construimos y compartimos un hogar maravilloso. De tu mano todo fue más fácil, y me alegra saber que logramos superar todos los baches del camino. Reafirmo mi amor, y mi fidelidad diciendo que soy tu esposo, tu amigo y compañero, desde siempre y hasta el final de nuestros días.

Algunos ya tenían lágrimas en sus ojos, todos habían sido, por mayor o menor tiempo, testigos del gran amor que se tenían, y no uno de cuentos perfectos, no, uno real.

—Amor de mi vida —dijo Sara con la sonrisa pintada en la cara—, siempre he sido tu mayor admiradora. En todos estos años, no hubo ni un segundo que dudara de mi amor por ti o que no me sintiera orgullosa del hombre que tengo a mi lado. Nuestro amor me ha gustado porque ha habido risas y discusiones, momentos de paz y de tormentas, acuerdos y desacuerdos, cada cosa con su contraparte, excepto en el amor, amor es lo que nos ha sobrado y por eso logramos todo lo que logramos. Creamos una familia juntos, que se basó en la comprensión, la paciencia y el amor. Prometí hacerme vieja a tu lado y aunque el camino no fue fácil, hoy veo que valió completamente la pena, pues hemos logrado llegar a esta avanzada edad con nuestro amor intacto. Crecí junto a ti y te vi crecer a ti. —Sara soltó unas lagrimas e hizo una pausa—. Siento que no hay nada que nos falte por vivir, solo disfrutar cada segundo que la vida nos regale juntos. Te he amado cada día a través de los días tranquilos, así como a través de los días tormentosos, ayudándote en los momentos de duda y apoyándote en los momentos de decisión. Así como te di mi mano y mi alma hace sesenta y cinco años, hoy reafirmo mi amor por ti diciéndote que nada ha cambiado y que seguiré cuidándote, amándote y respetándote, hasta que la muerte nos separe.

Sara levanta sus ojos para encontrarse con los de él, que la miran con profundo amor, ese amor que la conquistó hace tantos años.

La ceremonia estuvo preciosa, mucho mas linda que la primera, mucho mas acogedora que todas las que han tenido y llena de amor familiar.

Pese a la avanzada edad del matrimonio, se quedaron celebrando hasta tarde entre risas, juegos y palabras de los hijos y nietos.

Damián notó que Sara estaba alejada de todos y sola. Preocupado, se apresuró a ir a su lado.

—Hola —dijo sentándose a su lado, a lo que Sara sonrió—. ¿Cansada?

—No, solo estaba mirando todo lo que construimos, a veces lo doy por hecho.

Damián miró en la misma dirección y vio a sus hijos conversando.

—Sí, yo igual. Lo hicimos bien, ¿no?

—Creo que sí. Tenemos cinco hijos de bien y que siguieron un buen camino.

—Crearon sus familias y nos dieron nietos hermosos. —dijo Damián sonriendo con la alegría plasmada en sus ojos—. Y mira nuestra casa.

—Una linda casa, acogedora y llena de recuerdos. Espaciosa y terminada.

—Trabajamos en lo que amábamos y enseñamos a nuestros hijos a seguir sus sueños.

—Y ellos les enseñaron a sus hijos…

—¿Pero sabes que es lo que más valoro?

—¿Qué?

—Nuestro matrimonio, nuestro amor, el origen de todo lo que logramos.

—Tienes razón… Nuestro día a día, codo a codo.

El matrimonio se besó en los labios con amor y dulzura, sellando una vez más esa historia de amor.


Un relato de Katty Montenegro para el Grupo LLEC. Todos los derechos reservados por la autora.

Relato ganador del Reto San VaLLECtin 2022. #sanvallectin2022

Imagen de Pixabay.

ENTREVISTA A KATTY MONTENEGRO, POR DAVID LORÉN BIELSA

—Cuéntanos algo de ti, ¿quién es Katty Montenegro?

Bueno, nací en el norte de Chile, tengo veintiséis años, mi nombre real no es Katty, uso ese porque antes odiaba mi nombre de nacimiento, y aunque ahora no, me gusta mantener ambos. Tengo pareja y soy madre gatuna.

—¿Aficiones, aparte de escribir?

La verdad es que soy muy cambiante, no suelo durar mucho con un mismo hobby o afición. Me gusta aprender cosas nuevas y enseñar. De vez en cuando me da por jugar, hacer sudokus o ver series. Lo que nunca cambia son mis ganas de conversar, cantar e imaginar historias.

—Da la sensación de que eres una joven emprendedora, llena de energía. ¿De dónde sacas tiempo para tus proyectos, ya sean literarios o no?

Me sorprende esta pregunta, ya que considero que tengo muy poca energía.
De pequeña jugaba a que tenía múltiples trabajos y decía además que era madre soltera, todos pensaban que seguramente sería relacionadora pública jajaja. Ahora, de grande, lo que quiero es tener algo mío, no depender del sistema laboral, sino de mi propio esfuerzo y ese es mi motor. No tengo horarios fijos, pero planifico mis semanas para tener tiempo de cumplir con mis proyectos laborales, compartir con mi familia y tener momentos de ocio. No puedo decir que sea fácil, hay semanas que me cuesta, pero cada vez me voy acostumbrando más a cumplir con los horarios que me propongo.

—Estás a punto de sacar tu primera novela, junto a Freya Asgard. Pero acabo de ver en la bio que me has mandado que ella es tu madre. ¿Cómo habéis decidido embarcaros en la aventura de hacer esto juntas?

Jajajaja esta pregunta me causa mucha gracia, ya que es divertida la historia detrás de esa novela. Hace aproximadamente nueve años se me ocurrió una historia y quise escribirla, lamentablemente solo tenía una frase en mi cabeza y nada más. Aparte, yo ni idea de como hacerlo, nunca había escrito nada en mi vida. Escribí el primer capítulo como diez veces, y después de un año o dos, se lo mostré a mi mamá. Ella me dijo que la idea estaba buena y me aconsejó escribir desde dos posturas. Cabe destacar que ella defendía a un personaje que según yo era malo, eso desde el punto de vista del personaje que me gustaba a mí, que según ella solo se hacía la víctima… y empezó una “lucha” por demostrar quién de las dos tenía razón. Así fue que decidimos hacer la historia tomando cada una un personaje. Durante siete años tratamos de organizar las ideas, pero no lográbamos terminarla, ni siquiera tenía nombre, hasta hace muy poco el documento se llamaba “Melanie y Gustav”, que son la pareja principal. La última vez, nos dimos cuenta de que nos faltaban otras dos voces, la historia quedó más clara, y decidimos retomar.

—¿Y cómo ha sido escribir a cuatro manos con tu propia madre?

Si tuviera que describirlo en una sola palabra, sería: divertido. Más que madre e hija, somos amigas, congeniamos bien y no nos molesta que la otra nos diga que algo está mal o que no concordamos. Tenemos ideas similares, no hubo problemas al crear el mapa, los personajes o el diseño de la portada. Tampoco hay problemas con nuestras diferencias de gustos por los personajes, de hecho, creo que eso lo hace más interesante y nos reímos bastante capítulo a capítulo. Debo reconocer que en el macro soy buena, pero cuando se trata de detalles, ella aporta mucho más que yo.

—Háblanos de «Oscuro Amor», esa novela que próximamente va a salir en Amazon.

Bueno, es el primer libro de una saga. En sus inicios iba a ser un libro único, Decidimos darle una última oportunidad, si ya no funcionaba dejaríamos el proyecto, parece que los personajes se asustaron, porque ahí tomo forma y quedó el mapa definitivo. En esa ocasión decidimos que fueran cuatro las voces, dos mujeres y dos hombres, yo escribo desde el punto de vista de Lorraine y de Rosalie y ella escribe desde el punto de vista de Gustav y Strom.
Es una historia llena de amor y odio. Tiene vampiros, brujos, y por supuesto, romance.

—Veo que te gusta escribir relatos y participar en retos literarios. ¿Crees que escribir relatos es una buena forma de mejorar? ¿Cómo te enfrentas a un desafío así?

Creo que escribir relatos me ha ayudado con la puntuación y la rapidez. Para mí, el verdadero desafío es escribir largo, porque soy muy lenta y las ideas son más rápidas que mi mano, tengo que pasar por alto muchas ideas, porque de otro modo no terminaría nunca de escribir. Desde que empecé con los relatos, se me dieron natural.

—¿Has realizado alguna formación literaria o eres autodidacta?

Mi mamá es mi profesora, no está en discusión… he participado en los cursos que ha hecho y tomé nota de todo, pero también hay días en que le hablo para preguntarle algo que olvidé, o voy a su casa y le digo: “tengo dudas de escritora”, y ella me contesta.

—¿En qué te sueles inspirar a la hora de escribir? ¿Qué es lo que más te influencia en tus historias?

No lo sé… diría que todo y nada. A veces una pareja que vi en la calle, otras una publicación de mi papá (es fotógrafo), una película, una conversación, etc. No creo que haya algo puntual recurrente, de hecho, mis emociones generalmente se mueven a la historia y no al revés, entro en el personaje.

—¿Te sueles cortar a la hora de escribir sobre algún tema? ¿Te pones filtros o te autocensuras? ¿Haber escrito con tu madre ha supuesto algún problema en ese sentido?

Hasta ahora no me ha pasado. Antes me ponía filtros por vergüenza, pero me di cuenta de que al final eso es peor, porque no sale lo real.
Trabajar con mi mamá no supone ningún problema, no me siento coartada ni nada, incluso diría que fluyo más con esa historia que con las que son solo mías.

— ¿Tienes algún otro proyecto literario en marcha? ¿Puedes contarnos algo sobre él?

Sí, tengo dos novelas en curso, una a medio escribir y la otra tiene solo el mapa. La que ya estoy escribiendo es romántica, cuenta la historia de un hombre que sufre maltrato a manos de su mujer y no lo quiere decir por vergüenza. La otra trata de un asesinato a una joven y si digo más les hago spoiler jajaja.
Aparte, estoy haciendo micro relatos en continuación en el reto semanal de Eelyn Cuellar.

—¿Tienes alguna manía a la hora de leer y escribir?

No, ninguna.

—Como lectora, dinos cuáles son tus géneros preferidos y los autores de editorial que te han marcado, o a los que más admiras. Nómbranos un libro que para ti sea una obra maestra.

Me gusta lo paranormal y el romance… y si están juntos mejor. Autor de editorial que admire, no lo sé, no he encontrado uno, además no he tenido buenas experiencias, pero tampoco me cierro. Y escoger un solo libro se me hace muy difícil, por eso, cuando preguntan, nombro a mi primer amor literario: Papito piernas largas. Lo leí de pequeña y nunca lo he podido olvidar.

—¿Hay algún autor o autora independiente al que admires especialmente? Y dinos algunas lecturas imprescindibles para los que quieren leer autopublicados.

Si debo decir solo una autora, lejos mi mamá. Aunque hay varios otros que admiro, es que prefiero a los independientes. Si tuviera que elegir las mejores novelas que he leído, serían: “Terror: brujos en Chiloé” “Junier, príncipe de los ángeles”, “Vendida como una mercancía” y “Siete años”, todas de Freya Asgard; “La Rebelión de virgo” de María Elena Rangel; y “Mi doctor” de Jane Laurent.

—Y para terminar. ¿Alguna cosa que nos quieras decir y que no te haya preguntado?

Como mencioné en mi bio, quería ser actriz y aunque solemos ser enemigos de la televisión porque cambian cosas o, peor aún, quitan cosas de los libros, me gustaría que un escrito mío fuera llevado a la pantalla.

SOBRE KATTY MONTENEGRO:

Mi nombre es Carolina Montenegro, pero me conocen como Katty. Tengo veintiséis, nacida y criada en Antofagasta de Chile, la ciudad actual en que vivo.

Siempre me he inventado historias en la cabeza, algunas de ellas muy fantasiosas. Fue a los diecisiete años que empecé a plasmar esas ideas en relatos cortos, pero lo dejé por un tiempo. Me costó decidir si quería escribir o ser actriz, al final estudié administración. Sin embargo, el año pasado (2021) volví a la escritura, con proyectos más grandes en mente. Estoy por lanzar mi primera novela, escrita en conjunto con mi madre, Freya Asgard. Aparte, estoy escribiendo otra novela que planeo lanzar a mediados o finales de este año.

Me gustan los animales, aunque soy más fan de los gatos y hamsters que del resto.

Actualmente tengo dos pymes, una de ropa (KattyTendencia) y otra de figuras pixeladas (PixiDetalles), además, hago ayudantías de mi carrera.

Y, por último, pero a la vez lo más importante, cuento con el apoyo de mi familia y de mi pareja para todo.


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